Nos hemos comprometido en establecer como meta fundamental que guíe todas las acciones alcanzar una formación que realmente sea universitaria”. Así lo aseguró Ana María Lopater, flamante directora del Consejo de Formación en Educación (CFE), cuando asumió su cargo en la ANEP. En su discurso habló también de la necesidad de una “ley mucho más consensuada” para ir hacia este objetivo, la Universidad de la Educación.
Sin embargo, el mismo día, prácticamente a la misma hora, la ministra de Educación y Cultura, María Julia Muñoz, descartaba –en unas jornadas de planificación organizadas por la Universidad de la República (Udelar)– la inclusión de la Universidad de la Educación en el nuevo presupuesto quinquenal.
“Creo que hoy Uruguay no está en condiciones de plantearse una Universidad de Educación (…) Como integrante del Poder Ejecutivo tengo preocupación por el rumbo económico de Uruguay debido a la situación que tienen nuestros vecinos grandes, Brasil y Argentina; por lo tanto, creo que tenemos que mantener la austeridad”, dijo la ministra.
En cambio, Muñoz propuso estrechar los vínculos con la Udelar para que los egresados del Instituto de Profesores Artigas (IPA) puedan cursar posgrados y doctorados en las distintas facultades.
El proyecto de la Universidad de la Educación forma parte de la ley General de Educación y fue promovido durante el gobierno de José Mujica, al punto que llegó a tener sanción en la Cámara de Representantes. La iniciativa fue objeto de amplias discusiones legislativas, pero finalmente se trancó debido a diferencias en la forma de gestionarlo.
El punto de disenso por el cual legisladores batllistas no apoyaron el proyecto fue la voluntad del oficialismo de que la institución fuera autónoma y cogobernada. El proyecto también formaba parte del programa del Frente Amplio para el gobierno de Vázquez.
Si bien el anuncio de la ministra causó sorpresa en los nuevos integrantes del CFE, sus palabras no desanimaron del todo a las autoridades.
De hecho, en diálogo con El Observador, Lopater – quien aseguró al día de su asunción no había sido advertida de la marcha atrás del gobierno– dijo que la meta del nuevo consejo “es llegar a la Universidad de la Educación independientemente del ordenamiento legal que finalmente la consagre”.
“Nosotros queremos marchar hacia el nivel universitario y, por eso, tenemos pensado una transformación de la estructura académica y una transformación de la estructura docente”, dijo.
La jerarca expresó que además de trabajar en esos cambios, el CFE en este período se enfocará en potenciar la política de posgrados, incentivar la investigación y perfeccionar la formación en servicio de los docentes. “Nosotros vamos a seguir caminando en esa transición”, aseguró.
Agregó también que se trabajará en profundizar el sistema de reválidas con la Udelar para que los estudiantes de allí con otros trayectos en la formación disciplinar puedan acceder a la formación en educación y los egresados de Formación Docente puedan realizar posgrados y especialización a nivel universitario en la principal casa de estudios.
Fuentes de la ANEP aseguraron a El Observador que en la propuesta de presupuesto, el CFE propone tender hacia el nivel universitario en la formación docente, más allá de que el gobierno no de prioridad a la creación de la universidad. Se explicó que esto significa “mejorar la calidad de la enseñanza, yendo a la universitaria, más allá del carácter de la institución”. Sin embargo, se aclaró que hasta que no exista la universidad, los egresados de Formación en Educación continuarán obteniendo un título terciario no universitario.
Las fuentes advirtieron que la propuesta del CFE es posible más allá de la postergación del proyecto por parte del gobierno porque “corresponde a cada consejo de la ANEP trabajar en su propuesta educativa”.
Luego el Consejo Directivo Central de la ANEP deberá analizar los programas y reformas y, si está de acuerdo, homologarlos. No obstante, se indicó que la iniciativa de crear una nueva institución depende del Poder Ejecutivo.
“Cuando se quiere una transformación importante hay que tener una meta clara. La meta es llegar al nivel universitario y en un futuro que no sabemos cuándo, será a la Universidad de la Educación”, señaló Lopater.
En este sentido, manifestó que “la realidad tal vez empuje a que la ley se apruebe y sea más consensuada”.
Fuente: elobservador.com